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viernes, 22 de diciembre de 2023

Artesanos. Sergio Luzardo de la Hoz. Las Palmas.

 
Sergio Luzardo de la Hoz
Las Palmas de Gran Canarias
chacarasytambores@outlook.es

Nacido el 10 de marzo de 1965
Realiza piezas desde hace unos 24 años






Maderas usadas: Morera, moral, sapeli (para las chácaras) y haya, pino, contrachapado y planchas galvanizadas (para los tambores)
Las cintas de las chacaras en algodón y lana.





¿Cómo reconocer sus piezas?: deja intencionadamente alguna muesca con la última herramienta que usaba. 





Como curiosidad, una de sus chácaras se encuentra en la Berliner Philharmonisches Orchester 













jueves, 8 de abril de 2021

viernes, 12 de marzo de 2021

MUSEO VIRTUAL. Colección privada Jesús Solano. Castañuelas. 114 Chácaras.

 

114 Chácaras. 
La Gomera. Islas Canarias.
9 x 7,5 cm
Madera de Nogal













Castañuelas para niños. 2014.
Información y fotografías: Jesús Solano.







jueves, 25 de febrero de 2021

sábado, 1 de agosto de 2020

1982. Los instrumentos musicales tradicionales: elemento esencial de la identidad herreña. Lorenzo Pereda, Manuel j.



1982
Lorenzo Pereda, Manuel j.
Los instrumentos musicales tradicionales: elemento esencial de la identidad herreña (I)
nº 1 de la revista San Borondón del CCPC (Diciembre de 1982)
A través de: bienmesabe.org 2013


Los instrumentos musicales característicos del folklore tradicional son el pito, el tambor y las chácaras.

Las chácaras. De gran belleza es el "repiqueteo" emitido por las chácaras de los bailarines cuando interpretan la que es, sin duda alguna, una de las danzas más bellas del Archipiélago Canario: el tango, baile de cortejo y festivo por excelencia.

Las chácaras muestran una forma similar a las castañuelas. Su cometido es de "majar el bajo y repiquetear el alto". Fáciles de construir, se prefiere la madera de escobón (hoy bastante escasa), utilizándose también la de granadillo, moral y nogal. El proceso de fabricación empleado es el siguiente: "Se marcan y se recortan con la azuela; le abro el cuerpo de dentro con el gobio curvo; paso la broca hecha por mí, de media luna, para dejarla perfecta; con la azuela la voy adaptando hasta que me quede menos madera para perfeccionarla con la navaja; con el cristal la pongo completamente lisa, cristal de garrafón, de botella no sirve porque no deja filo al partirlo como el de garrafón; darle brillo con la misma madera. El pobre mi padre lo hacía también"9.

Era frecuente -sobre todo cuando los bailarines ensayaban en las plazas el Baile de la Virgen, en vísperas de la Bajada de la Virgen y de las fiestas de los pueblos- que los niños acompañaran la música -no sin las correspondientes reprensiones por parte de los mayores- con las denominadas chácaras de lapa, posible instrumento musical de tonación indígena, el cual se describe en la siguiente estrofa:



Y hasta los chiquillos
hacen castañuelas
poniendo en dos valvas
unas piedrezuelas.



Cada pueblo suele tener sus bailarines y unos cuantos tocadores, naturales o casados allí: "se es del pueblo donde se vive", así como amañados: herreros, tamboreros, artesanos de la madera, quienes se encargan de confeccionarlos. A los buenos tocadores de pito y tambor se les recuerda con énfasis, contribuyendo tal manifestación artística, cuando se posee algún defecto físico, a mejorar su condición social: "El mejor tocador de pito de la Isla del Hierro -hace unos treinta años- es David. Lo tocaba a zurdas; era sordo. Decía: yo soy sordo pero oigo. Mi hijo es el mejor tocador que hay ahora, también lo toca a zurdas"10.



En las fiestas, la música de pitos y tambores concentra y atrae la atención de la concurrencia. Y en las procesiones, los tocadores de dichos instrumentos se disponen en línea delante mismo de la imagen. Pitos y tambores se guardan con gran recelo y devoción, transmitiéndose patrilinealmente dentro del grupo familiar. Con frecuencia se hace alusión a ellos en las diferentes creaciones poéticas: romances, loas...



Decenas de danzarines
típicamente ataviados
al son de pitos armados,
castañuelas y tambores
soportando los rigores
de la fe y clemencia
que abnegada diligencia
muestran por su devoción
siguiendo la tradición
para guardar su indulgencia11.

Notas

9. Agradecemos dicha información a D. Eloy Quintero Morales. Taibique, EI Pinar (Frontera).

10. Información recogida en Las Casas, EI Pinar (Frontera) en 1979. David el del Pinar es además autor de uno de los toques del Baile de la Virgen, bailado como redondo.

11. Décimas anónimas alusivas a la Bajada de la Virgen. 











1986 Trapero, Maximiano Las danzas Romancescas y el "baile del tambor" de La Gomera.



1986
Trapero, Maximiano
Las danzas Romancescas y el "baile del tambor" de La Gomera
Revista de Musicología
Vol. 9, N ° 1 (enero-junio 1986), pp. 205-250



Estas notas sobre la fabricación del tambor y de las chácaras se las debemos a Luciano Conrado Cordobés, de La Palmita (Ayunt. Agulo), extraordinario artesano y extraordinario cantor también de romances. 

 Las chácaras. 
Son castañuelas gigantescas, de hasta 10 cms. de diámetro, y de forma abombada casi esféricas. Su sonoridad es extraordinaria. Se tocan por parejas, es decir, una pareja en cada mano. 
Dado el considerable peso que tienen (son de madera maciza) han de sujetarse a los dedos de una forma especial: las cintas pasan en una primera vuelta por los dedos índice, corazón y anular, y en una segunda vuelta por estos tres y el meñique. Cada chácara produce un sonido diferente: la de sonido más agudo (la hembra) lleva un repiqueteo constante y es la que "canta", la de sonido más grave (el macho) hace de contrapunto y sirve para acompañar. 

En su elaboración se utilizan maderas de distintas clases: castaño, brezo, viñátigo, etc., pero la mejor es la de moral, que produce el sonido más seco y que, al no tener hebras, no se raja. El trabajo mayor lo requiere el hueco central del interior de las chácaras: de él depende su sonido y por él se conoce a su artesano. Los hay que trabajan a punta de navaja y los hay que se ayudan de un berbiquí o de un taladro eléctrico. La finura de su relieve y el color final de las chácaras, a gusto del artesano. 

La palabra chácara se utiliza también en la isla del Hierro para designar las castañuelas que allí se tocan, pero son mucho más pequeñas que las de La Gomera. En el resto de las islas se utilizan otros tipos de castañuelas de tamaño normal, pero no se usa la voz chacara. En torno a esta voz se han expuesto varias teorías: la de quienes creen que se trata de una onomatopeya la de quien dice que deriva del antiguo castellanismos xácara (baile) y de ahí instrumento utilizado en el baile') y la de quien afirma que es un americanismo indígena. 56 

56 Esta última es la que sostiene Elfidio Alonso, quien dice que instrumento y palabra "vienen por línea directa de los crótalos e los curanderos negros (cubanos) a los que e llama precisamente chacareros"   (E. ALONSO, Tierra Canaria, fasc. S, s.p.). Tal afirmación es insostenible pues las castañuelas son instrumento desconocido en e1 folklore de los negros. 








1999. El toque de campanas en la isla de Hierro. Manfred Bartmann.



Bartmann, Manfred
El toque de campanas, parte integrante de la música procesional típica de la isla de El Hierro.
En Homenaje póstumo a Lola de La Torre Champsaur. El Museo canario 1999


2. EL TOQUE ENCADENADO DE LAS CHÁCARAS

EJ lutier, Eloy Quintero Morales, del pueblo isleño de El Pinar, aconseja aprender a tocar las chácaras practicando sentados, acompañándose de música de flauta, mucho antes de aprender los pasos del baile. La razón que aduce es que si no se está familiarizado con la manera de llevar las chácaras resulta muy difícil aprender el baile. Incluso un bailarín muy veterano podría echar a perder todo el baile si no sabe llevar correctamente las chácaras:

«Si tú no compaginas las chácaras con el pito y el tambor no puedes jamás nunca coger el paso bailando... Por ejemplo, para aprender bien... la Bajada de la Virgen, lo primero que hay que hacer es asentarse con las chácaras, un pito y un tambor, y aprender bien a tocar las chácaras. Tan pronto tú aprendas bien a tocar las chácaras, con el pito y el tambor que compaginen igual, luego aprendes a bailar. Si no sabes tocar las chácaras es más difícil de aprender a bailar. Si un bailarín toca mal las chácaras echa a perder todos los demás. Por muy bien que baile: (... ) Desde que una chácara esté mal, ya echas a perder al tambor y al pito y a todo el que baila. « (Extraído de la entrevista magnetofónica çon Eloy Quintero Morales de El Pinar el 17.10.90).

Benito Padrón de Tigaday, reputado cantante de El Hierro, fue quien me señaló la existencia de dos toques diferentes de las chácaras durante el baile y la obligación de que encajaran uno con el otro.
Se quejaba de que la mayoría de los danzantes no dominaba el toque de las chácaras, porque se concentraba exclusivamente en el toque que se realiza con la mano izquierda («majar»):

«La mayoría de los que bailan aquí no saben tocar las chácaras sino “majar”. Las chácaras hay que saberlas tocar, con esta (mano) se repica y con esta (mano) se maja. Con una se maja y con ésta se repica» (Extraído de la entrevista magnetofónica con Benito Padrón el 18. 10. 90 en Tigaday).
El guía de los bailarines de la procesión de Tigaday procedente de la región de El Golfo (Frontera), Miguel Montesinos Cruz y su compañero Julio Alberto, supieron explicar exactamente los términos de «repicar» y «majar)) (conversación mantenida el 31.10.90). 
Según sus explicaciones, la mano derecha debe tocar las chácaras de manera muy rápida y seguida («repicar»), mientras que la izquierda debe cortar el ritmo como a golpes de martillo ininterrumpidamente («majar).
El «majar» actuaría como un separador del ritmo de la otra mano. Julio Alberto utilizó en este contexto las palabras «separar» y «diferenciar» para ilustrar la función que tendría la mano izquierda
en oposición a la derecha. Como colofón golpeó una piedra para aclarar aún más la función de este «majar». Schoen!Noeli explican este «majar» como un golpear, martillear, mo/estar (1965: 309). La
mano que maja marca el golpe básico, el beat. El tocar las chácaras de esta manera enlazada es práctica común en toda la isla, tanto en el llamado tango herreño como en otros bailes isleños (Bartmann 1992, 1994d) y, por supuesto, en el Baile de la Virgen (5).

(5) Los términos «repicar» y «majar» recuerdan a una técnica de acoplamiento que sirve a los beier, pueblo asentado cerca de la frontera germano-neerlandesa, para tocar las campanas de la iglesia. Este sonido beier (N.T.: a partir de ahora lo denominaremos en nuestra traducción «bayeo») tan específico de esa región, se produce al superponer dos toques distintos que se acoplan como dos ruedas dentadas en un engranaje. El significado de los términos «repicar» y «majar» se corresponde en lo esencial con los conceptos de «beiern und einschlagen» (»bayear» y «golpear») típicos del Condado de Bentheim (comp. BARTMANN 1991: 77-78; l994c).







1980. Instrumentos musicales y danzas en La isla de La Palma. Elisa Sánchez Sanz.



1980
Sánchez Sanz, Elisa
Instrumentos musicales y danzas en La isla de La Palma
Narria: Estudios de artes y costumbres populares nº 19. 1980

Las castañuelas, son utilizadas por los distintos grupos de baile para interpretar sus danzas. Las de la isla de La Palma se distinguen por la pequeña cantidad de madera que se necesita para su elaboración. Frente a las grandes y panzudas "chácaras", las castañuelas de La Palma son estrechas y planas. No están barnizadas y están hechas con madera de "haya", brezo o moral, maderas fuertes para que tengan mejor sonoridad.










EL MUNDO DE LAS CASTAÑUELAS

Las entradas de este Blog provienen de una antigua página publicada en internet en los años 90. En principio se pretende publicar los conte...