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sábado, 31 de marzo de 2018

BIBLIOTECA 1613 Cervantes Saavedra, Miguel de La ilustre fregona [Novelas ejemplares]



1613 Cervantes Saavedra, Miguel de
La ilustre fregona [Novelas ejemplares]



cuando llegó a decir que diesen principio a un contrapás, respondió Barrabás, que así le llamaban por mal nombre al bailarín mozo de mulas:
- Hermano músico, mire lo que canta y no moteje a naide de mal vestido, 
porque aquí no hay naide con trapos, y cada uno se viste como Dios le ayuda.

El huésped, que oyó la ignorancia del mozo, le dijo:

- Hermano mozo, contrapás es un baile extranjero, y no motejo de mal vestidos.

- Si eso es -replicó el mozo-, no hay para qué nos metan en dibujos: toquen sus zarabandas, chaconas y folías al uso, y escudillen como quisieren, que aquí hay presonas que les sabrán llenar las medidas hasta el gollete.

El Asturiano, sin replicar palabra, prosiguió su canto diciendo:

Entren, pues, todas las ninfas y los ninfos que han de entrar, que el baile de la chacona es más ancho que la mar. Requieran las castañetas y bájense a refregar las manos por esa arena o tierra del muladar. Todos lo han hecho muy bien, no tengo qué les rectar; santígüense, y den al diablo dos higas de su higueral. Escupan al hideputa por que nos deje holgar, puesto que de la chacona nunca se suele apartar. Cambio el son, divina Argüello, más bella que un hospital; pues eres mi nueva musa, tu favor me quieras dar. El baile de la chacona encierra la vida bona. Hállase allí el ejercicio que la salud acomoda, sacudiendo de los miembros a la pereza poltrona. Bulle la risa en el pecho de quien baila y de quien toca, del que mira y del que escucha baile y música sonora.









viernes, 23 de marzo de 2018

BIBLIOTECA. 1613 Cervantes Saavedra, Miguel de La gitanilla [Novelas ejemplares]



1613 Cervantes Saavedra, Miguel de 
La gitanilla [Novelas ejemplares]



Crióse Preciosa en diversas partes de Castilla, y, a los quince años de su edad, su abuela putativa la volvió a la Corte y a su antiguo rancho, que es adonde ordinariamente le tienen los gitanos, en los campos de Santa Bárbara, pensando en la Corte vender su mercadería, donde todo se compra y todo se vende. Y la primera entrada que hizo Preciosa en Madrid fue un día de Santa Ana, patrona y abogada de la villa, con una danza en que iban ocho gitanas, cuatro ancianas y cuatro muchachas, y un gitano, gran bailarín, que las guiaba. Y, aunque todas iban limpias y bien aderezadas, el aseo de Preciosa era tal, que poco a poco fue enamorando los ojos de cuantos la miraban. De entre el son del tamborín y castañetas y fuga del baile salió un rumor que encarecía la belleza y donaire de la gitanilla, y corrían los muchachos a verla, y los hombres a mirarla. Pero cuando la oyeron cantar, por ser la danza cantada, ¡allí fue ello! Allí sí que cobró aliento la fama de la gitanilla, y de común consentimiento de los diputados de la fiesta, desde luego le señalaron el premio y joya de la  mejor danza; y, cuando llegaron a hacerla en la iglesia de Santa María, delante de la imagen de Santa Ana, después de haber bailado todas, tomó Preciosa unas sonajas, al son de las cuales, dando en redondo largas y ligerísimas vueltas, cantó el romance siguiente:
- Árbol preciosísimo que tardó en dar fruto años que pudieron cubrirle de luto, y hacer los deseos del consorte puros, contra su esperanza no muy bien seguros; de cuyo tardarse nació aquel disgusto que lanzó del templo al varón más justo:







viernes, 26 de enero de 2018

LAS TEJOLETAS. Un instrumento villano.

Publicado en diciembre de 1982
En La Nueva España de Oviedo.


LAS TEJOLETAS.
UN INSTRUMENTO VILLANO.


CERVANTES LAS MENCIONA EN DOS DE SUS NOVELAS EJEMPLARES.



USADAS POR LAS MUJERES PÚBLICAS DE ROMA PARA LLAMAR LA ATENCIÓN.



Son las tejoletas muy similares a las tarrañuelas descriptas en otra ocasión, salvando las características que configuran a los dos instrumentos. Si las tarrañuelas eran de madera, las tejoletas se fabricaban de trozos de teja, platos o cántaros, con lo que formaban las tejuelas, que limadas por sus cantos para evitar cortes, se colocaban entre los dedos y se percutían.


Sobre su antigüedad debemos fiarnos de Pólux quien afirma eran llamadas PHRYGINDA por los griegos y se trataba de entreponer en los dedos de la mano izquierda tejuelas partidas y herirlas con la mano derecha a compás.

Llámense PHRYGINDAS por Pólux o LEPADAS por Ateneo, como afirma Rodrigo Caro, debemos hacer mención del estrato social que las utilizaba y quien mejor que Miguel de Cervantes, como mencionábamos anteriormente, para su comentario.



LAS TEJOLETAS EN LA OBRA DE CERVANTES

En 1.613 Cervantes publica doce novelas que forman un solo tomo dedicado al Conde de Lemos. Si en la mayoría hace referencias más o menos extensas de instrumentos musicales, será en “Rinconete y Cortadillo” y “El coloquio de los perros” donde menciona el instrumento que hoy nos ocupa.
En la primera, la acción se desarrolla en el patio de Monipodio, representado como punto de reunión de ladrones, mendigos, falsos mutilados, supuestos estudiantes y prostitutas, que debían pagar un “impuesto de circulación” –si los finos me permiten el término- para ejercer su profesión con tranquilidad. Las tejoletas fabricadas por Monipodio, así como su uso, no merece más comentario que la descripta por su autor:

“A todo esto dijo Monipodio:
- Todos voacedes han hablado como buenos amigos, y como tales amigos, se den las manos de amigos.
Diéronselas luego, y Escalanta, quitándose un chapín, comenzó a tañer en él como en un pandero; la Galanciosa tomó una escoba de palma, nueva, que allí se halló acaso, y rascándola, hizo un son que, aunque ronco y áspero, se concertaba con el del chapín. Monipodio rompió un plato, y hizo dos tejoletas, que, puestas entre los dedos y repicadas con gran ligereza, llevaba el contrapunto al chapín y la escoba.”

Rodríguez de Guzmán, Manuel.Rinconete y Cortadillo. 1858. Fragmento.

Nos llama la atención el uso de ciertos objetos, a los que no osamos llamar instrumentos musicales por que no era este el fin de su fabricación y su uso como acompañamiento musical es casual, como son el chapín o chanclo de corcho que está forrado de cordobán y la escoba de la que se espantan Rinconete y Cortadillo por no haberla visto nunca.
“-¿Admíranse de la escoba?. Pues bien hacen, pues música más presta y más sin pesadumbre ni más barata, no se ha inventado en el mundo;” …… “ tan mañera de tocar, tan si n trastes, clavijas ni cuerdas, y tan sin necesidad de templarse; a un voto a tal que la inventó un galán desta ciudad, que se pica de ser un Hector en la música.”
D. Miguel Querol Gavaldá [ La musica..; 1.945, pags. 163-164 ] equipara el son de las palmas de la escoba al de instrumentos como el pandero, las castañuelas, etc., y aventura que el galán que la inventó fuese alguien que estuvo en las colonias americanas y aprendió de los negros esta manera de acompañar; confirmando el hecho de que la Chacona se acompaña a veces con jarros y escobas.


BERGANZA O LA DESILUSIÓN DE LA ARCADIA FELIZ


Veamos que nos cuenta Berganza en “El coloquio de los perros” de sus correrías como perro de pastores:

“Digo que todos los pensamientos que he dicho, y muchos más, me causaron ver los diferentes tratos y ejercicios que mis pastores y todos los demás de aquella marina tenían de aquellos que había oído leer que tenían los pastores de los libros; porque si los míos cantaban no eran canciones acordadas y bien compuestas, sino un Cata el lobo do va, Juanita,
Y otras cosas semejantes; y esto. No al son de churumbelas, rabeles o gaitas, sino al que hacia el dar un cayado con otro, o al de algunas tejuelas puestas entre los dedos….”.

Sigue describiendo las diferencias entre lo oído a su antiguo amo cuando leía a su amada novelas pastoriles de moda en la época, donde se sublima la belleza y encanto de la vida entre los cuidadores de ganado lanar y sigue Berganza:
“que todos aquellos libros son cosas soñadas y bien escritas para entretenimiento de los ociosos, y no verdad alguna”.


CONCLUSIÓN

Son, pues, las Tejoletas trozos de teja u otro material similar, que se percutía colocándolas entre los dedos de las mano y utilizadas, por instrumento barato, entre las capas bajas de la sociedad; y aun cuando lo pusiéramos en duda Rodrigo Caro ( días geniales…; t.II,pag 77) nos dice:

“Tocaban las mujeres públicas de Roma Tejoletas como ahora dan con una cañuela en la silleta, haciendo un sonecillo.” Su uso derivó, como ocurriese con otros instrumentos populares, en juego infantil o fue borrado de la memoria popular.

Dejaremos para otra ocasión las referencias que hacen otros autores en sus obras, sirvan estas de anticipo.



Daniel Fernando Sánchez Polo
Publicado en diciembre de 1982
En La Nueva España de Oviedo.







EL MUNDO DE LAS CASTAÑUELAS

Las entradas de este Blog provienen de una antigua página publicada en internet en los años 90. En principio se pretende publicar los conte...