Antonia Mercé (La Argentina)
Innovadora en la danza española y virtuosa de las castañuelas
Presentación realizada por:
Kety Méndez García
Introducción
Pionera en el baile español, fusionando la danza bolera con el flamenco.
Aportó plasticidad y calidad estética a la danza.
Utilizando su cuerpo, expresión y sonrisa interpretó grandes obras y las coreografió.
Engrandeció un humilde instrumento: las castañuelas. Cambió la técnica monótona del toque de castañuelas introduciendo la carretilla seguida, alternados y diferentes matices.
Actuó en grandes escenarios de todo el mundo utilizando impresionantes montajes y vestuarios como nunca antes se habían hecho en la danza española y elevó este arte en el contexto internacional.
Influida por el sistema didáctico de su padre incorporó a las 3 tendencias de la academia española (Clásico español, Escuela Bolera y Folclore): el flamenco.
Lo combinó todo con el flamenco gitano reconociéndolo como una cuarta escuela de baile, como un género estético independiente.
Le quitó al flamenco la etiqueta de simple baile popular sacándolo de café-teatro y taberna para llevarlo a los grandes espectáculos teatrales.
Biografía
Antonia Rosa Mercé Luque nació el 4 de septiembre de 1890 en Buenos Aires (Argentina).
Su padre Manuel, vallisoletano, era primer bailarín y maestro coreógrafo del teatro Real de Madrid y su madre Josefa, cordobesa, primera bailarina del teatro Real de Madrid. Estando ellos de gira en Buenos Aires nació Antonia en una pensión, de ahí surge su nombre artístico “La Argentina”. Sin embargo Antonia Mercé siempre tuvo la nacionalidad española.
Pensión donde nació Antonia, entre la esquina de Talcahuano 306 y la calle Cuyo.
Antonia Mercé con 2 años
Antonia se rebelaba contra las frías y rígidas reglas de la antigua escuela y aunque años más tarde admitiría que aquellas lecciones le fueron muy útiles, lo cierto es que la discordia, artísticamente hablando, con su padre estuvo siempre latente.
Esa fue una de las razones por la que Antonia quiso romper con la tradición de la danza de la época y ser más expresiva.
Antonia recibió de su padre la ciencia y el conocimiento, y de su madre la creatividad, la pasión y el instinto.
Cuando Antonia tenía unos 11 años le pidieron a su padre que recomendara a alguien para realizar el baile “la Zamacueca” para la zarzuela cómica “Los sobrinos del capitán Grant”.
Su padre propuso a Antonia y a pesar de su corta edad interpretó con enorme éxito dicha obra.
Esta parece ser la primera actuación sola de Antonia de la que se tiene constancia.
Recreación del Teatro Alhambra (Madrid)
Cuando su padre dejó de dar clases por una parálisis, su madre continuó con la escuela de baile y Antonia dejó el Conservatorio, entrando de telonera en el teatro Apolo.
Mientras, seguía estudiando danzas regionales y populares de la cultura española con su madre.
En 1903 fallece su padre y unos meses después obtiene un contrato en un café cantante de Sevilla, posiblemente en el café Burrero (junto a la plaza del Duque) donde formó parte de un cuadro flamenco.
Antonia bailaba al principio de la noche, pues los principales artistas lo hacían al final, después de su actuación ella observaba a las grandes bailaoras y se dedicó con intensidad a aprender palos flamencos de sus compañeras gitanas.
Café Burrero
A principios del 1904 su madre cerró la escuela de baile para acompañarla en Sevilla.
Ese mismo año se presentó con más de 50 candidatas bailando una soleá y consiguió una plaza para formar parte de la plantilla del Salón de Variedades (actual cine Trajano), donde trabajó durante un año.
Antiguo Salón de Variedades (C/ Trajano)