sábado, 1 de agosto de 2020

1614. Don Quijote de la Mancha. Alonso Fernández de Avellaneda.



1614
Fernández de Avellaneda, Alonso
Don Quijote de la Mancha


Quédate en paz también, Rocinante de mi alma, y acuérdate de mí, pues yo me acordava de ti todas las vezes que te yva a echar de comer. Y acuérdate también de aquel día en que, passando descuydado por junto tu postigo trasero, diziéndote: «Amigo Rocinante, ¿cómo va?», y tú, que no sabías aún hablar romance, me respondiste con dos pares de castañetas, disparando por el puerto muladar un arcabuçazo con tanta gracia, que, si no le recibiera entre ozicos y narizes, no sé qué fuera de mí. Quédate, pues, rocín de mis ojos, con la bendición de todos los rocines de Roncesvalles; que si supiesses la tribulación en que estoy puesto, yo fío me embiaras algún consuelo para alivio de mi gran dolor. ¡Aora sus!, yo voy a contar mi desgracia, como digo, a mi amigo el cozinero, de quien espero algún remedio, pues más vale que lo que se ha de hazer temprano se haga tarde; que al que Dios madruga, mucho se ayuda; en fin, allá darás, sayo, en casa el rayo, pues más vale buytre volando que pájaro en mano. 







EL MUNDO DE LAS CASTAÑUELAS

Las entradas de este Blog provienen de una antigua página publicada en internet en los años 90. En principio se pretende publicar los conte...