sábado, 25 de enero de 2020

1602. Mateo Luján de Saavedra (Juan Martí). Segunda parte de la vida del pícaro Guzmán de Alfarache.




1602.
Mateo Luján de Saavedra (Juan Martí).
Segunda parte de la vida del pícaro Guzmán de Alfarache.
Florencio Sevilla, Castalia (Madrid), 2001


En casa teníamos la música por pasto ordinario; de noche andaban por las calles dándola a las que ellos querían agradar; de día no entendían en otra cosa, que parecían encantados. Grandemente provocaban con ella, que yo les vi hacer milagros de amores, gozando de muchos lances; que, como dijo Menandro, es la música grande incitamento para el amor, y en ella se halla grande refugio para solicitar y conquistar los corazones. 
Viene esto de aquella compatía que el alma tiene con la música, a la cual se sujeta, ora esté alegre, ora triste, ora colérica, ora flemática, ora llena de enojo o de cualquier otra pasión. Y así, les echo mucha culpa, pues usaban deste ejercicio para vicios o regalo, usando desordenadamente, gastando demasiado tiempo y haciéndole alcahuete de sus malos intentos. 
Era yo tan fácil imitador, que si ellos tañían, yo danzaba, y no hacían tanto son como yo castañetas. Estaban ellos embebecidos en su música, y yo tenía tiempo de entretenerme a los vueltos, que, según andaba desencuadernada la casa, nunca usábamos de libro encuadernado.






EL MUNDO DE LAS CASTAÑUELAS

Las entradas de este Blog provienen de una antigua página publicada en internet en los años 90. En principio se pretende publicar los conte...