NAVARRO, CECILIO
La Música.
Barcelona, 1885
Las castañuelas tienen desde hace mucho tiempo un carácter verdaderamene nacional en España. Los pueblos de la antigua Bética usaban ya conchas marinas, que hacían el oficio de castañuelas y se llamaban entonces Krousmata, de la palabra griega Krouó, chocar.
Los crótalos de los antiguos, que se ven con frecuencia en manos de sátiros y bacantes, eran verdaderas castañuelas en cuanto al oficio, sino en cuanto á la forma. Primeramente se hicieron de una caña hendida á lo largo, cuyas dos partes se abrían y cerraban como un pico de cigüeña y recordaban su graznido. De aquí el significativo epíteto de krotalistria (tañedora de crótalo) dado á esta ave. Después se hicieron estos instrumentos de mader, de metal, ó de conchas marinas. Los kroupezai, ó instrumentos para marcar el ritmo en el teatro y en los coros entre los antiguos, eran sandalias de madera ó de hierro dispuestas á manera de crótalos y venían á ser castañuelas de los piés.
En la Edad media, el nombre de marronettes parece haber designado un instrumento análogo á las castañuelas. Los dos nombres provienen de la forma de este instrumento que recuerda hasta cierto punto una cáscara hendida de castaña. Se improvisan castañuelas económicas con dos tiestos de plato ó dos pedazos de lata, entre los cuale se intercala un dedo, repicando con los demás. Todos podemos consultar á este propósito nuestros recuerdos personales de la infancia.