1638
Valdivielso, José de
Romances añadidos al Romancero espiritual
J. M. Aguirre, Espasa-Calpe (Madrid), 1984
Al repicar las campanas,
como sus dos lenguas tien,
concebida sin pecado
mos parecíe que dizíen
Un pitafio puso al punto
a su puerta el bachiller,
de cardenillo y almagra,
de açafrán y de oropel.
Huvo hogueras en la praça,
relinchos de diez en diez;
vitor la Concevición
los muchachos repitíen.
La vara arrimó el alcalde,
y, al tamborino de Andrés,
bailó con la alcalda mesma
y todo Alcorcón después.
El sacristán Pabro Embrudo,
que es un sacristán sin hiel,
hizo habrar las castañuelas
al son del sol fa mi re.
El barbero, que haze copras
quando la vena le vien,
hizo hasta treinta sonetos,
pero castigáronle.
El jastre, de pura embidia,
uno peor que otro hizo seis,
y escrividos de su mano
no los acertó a leer.