1582
Gálvez de Montalvo, Luis
El Pastor de Fílida
Marcelino Menéndez y Pelayo, Bailly-Bailliére (Madrid), 1907
Licio, su acompañado, salió de la misma suerte, excepto que el vestido era leonado, la yegua baya y por silla su gabán doblado, y la letra:
El que con la fe ha perdido la esperanza, ¿que ganará con la lanza?
Celio cogió de los campos gran diversidad de flores y hierbas, y con el jugo dellas y agua de goma pintó la yegua y la lanza y su vestidura, que era de un blanco lienzo todo á bandas, de más de diez colores; pero la que caía sobre el corazón era negra, y la letra:
Puso por precio una bolsa de lana parda con cerraderos verdes, y contra ella señaló Sileno unas castañetas de ébano con cordones de seda; luego al son de la bocina de Arsindo y de un atabal de dos corchos, que Piron tañía, tomaron lanzas, y á las dos que corrieron no hubo ventaja, pero á las terceras Liardo llevó la sortija y Celio la cuerda: recibió Liardo sus precios y diólos á la hermosa Andria, que á quien él quisiera no podía; y vuelto al lugar, llegó Uranio, vestida la piel entera de un osso que él había muerto, y en la cabeza de la yegua, hecha de cartones, otra de sierpe, que la cubría, y en la anca una gran cola de la misma invención; la lanza cubierta de pellejos de culebras, de arte que parecía verdaderamente un osso; sobre una sierpe con una gran culebra en la mano, decía su letra:
Pero la que sigo es al revés.