1620 Quevedo y Villegas, Francisco de
Entremés de Diego Moreno
Berdugo.- Señora muger, ya no es tienpo dellas y de vaylar: no lo son para mí. Que mejor me pareze vna muger con la rueca en la mano que con las castañetas.
Justa.- Donayre a tenido. ¡Y está rabiando por berme baylar!
Berdugo.- Mire qué tan rabiando estoy que no me a de quedar instrumento vaylarino oy en casa, que no le queme.
Justa.- ¿Hablas de ueras, amigo?
Berdugo.- Ya no soy sino marido, y de los que no sufren cosquillas.
[Guevara].- ¿Oyes aquello?
Landínez.- Yo me estoy bañando en agua rosada de que le aya venido a ésta su pago.
Gutiérrez.- ¿Vee vmd. lo que yo le dixe? Déxale, que en berdad que los ha de tragar aunque más sepa.
Berdugo.- ¿Qué'stáys hablando en secreto?
Justa.- Estáuale diçiendo a Gutiérrez que quemase luego las castañetas, sonaxas y pandero, porque no pienso baylar más en mi uida.
Berdugo.- ¿Cómo no? Toque vmd., que a de baylar.
Justa.- No ayáis vos miedo.