martes, 8 de abril de 2025

LAS CASTAÑUELAS FENICIAS FALACIA AD POPULUM.

 

La afirmación de que las castañuelas tienen origen fenicio y fueron difundidas por esta civilización, sin evidencia histórica o arqueológica que la respalde, puede relacionarse con la “falacia ad populum”. Esta falacia ocurre cuando se asume que algo es verdadero o válido simplemente porque muchas personas lo creen o lo repiten, sin basarse en hechos o pruebas concretas.

En este caso, si la creencia sobre el origen fenicio de las castañuelas se ha difundido ampliamente y es aceptada por muchas personas sin cuestionarla, se estaría cayendo en la falacia ad populum. Es decir, se estaría dando por válida una afirmación únicamente porque es popular o ampliamente repetida, en lugar de porque exista evidencia sólida que la respalde.

La historia y la arqueología deben basarse en pruebas concretas, como hallazgos arqueológicos, documentos históricos o estudios comparativos, no en creencias populares sin fundamento.

 


Falacia ad poulum

Una “falacia ad populum”, también conocida como "apelación a la mayoría" o "argumento de popularidad", es un tipo de falacia lógica en la que se defiende la veracidad o validez de una afirmación basándose únicamente en que muchas personas la creen o la apoyan, en lugar de presentar evidencia objetiva o razonamiento sólido. En otras palabras, se asume que algo es verdadero o correcto simplemente porque es popular o ampliamente aceptado.

En el caso de la creencia sin fundamento de que las castañuelas tienen origen fenicio, si alguien argumenta que "muchas personas lo creen, por lo tanto, debe ser cierto", estaría cometiendo una falacia ad populum. La popularidad de la creencia no la convierte en verdadera; se necesitaría evidencia histórica o arqueológica para respaldar dicha afirmación.

 

Las castañuelas fenicias

La creencia de que las castañuelas tienen origen fenicio es una afirmación que carece de fundamentos históricos o arqueológicos sólidos, pero puede rastrearse en algunas fuentes o interpretaciones poco rigurosas.

Los fenicios fueron una civilización marítima y comercial que se expandió por todo el Mediterráneo entre los siglos XII y IV a.C. Establecieron colonias y rutas comerciales que facilitaron el intercambio cultural entre diferentes pueblos, incluyendo a los íberos en la Península Ibérica.

Debido a esta influencia, algunos autores o teorías populares han atribuido a los fenicios la difusión de diversos elementos culturales, incluyendo instrumentos musicales. Sin embargo, no hay evidencia concreta que vincule directamente a los fenicios con las castañuelas.

Es posible que la creencia surja de una confusión con otros instrumentos de percusión o ritmo utilizados en el Mediterráneo antiguo. Los fenicios, al igual que otras culturas de la región pudieron haber usado instrumentos similares, pero esto no significa que hayan sido los creadores o difusores de las castañuelas tal como las conocemos hoy.

En ocasiones, se tiende a atribuir orígenes exóticos o antiguos a elementos culturales para darles un aura de misterio o prestigio. La idea de que las castañuelas tienen un origen fenicio y que se acepte sin reparo, puede ser parte de esta tendencia a romantizar el pasado, especialmente en ausencia de datos claros.

 

Desarrollo de la teoría fenicia en escritos eruditos y no tanto.

La teoría que vincula a las castañuelas con los fenicios aunque como veremos más abajo, tiene un posible origen claro, no está bien documentada en los escritos de estudiosos musicales serios. Sin embargo, es posible rastrear algunas menciones o interpretaciones en textos antiguos o en obras de autores que, sin base científica, han intentado establecer conexiones entre culturas antiguas y elementos musicales.

Instrumentos similares a las castañuelas, han existido desde la antigüedad en diversas culturas del Mediterráneo. Sin embargo, no hay evidencia de que los fenicios usaran o difundieran este instrumento. Las primeras menciones escritas sobre idiófonos de entrechoque similares provienen de fuentes griegas y romanas, pero no se relacionan directamente con los fenicios.

Durante los siglos XVIII y XIX, el Romanticismo fomentó un interés por los orígenes exóticos y antiguos de las tradiciones culturales. Pero en estos siglos no aparece mención alguna a este posible origen.

La teoría del origen fenicio de las castañuelas no ha sido respaldada por la arqueología ni por estudios musicológicos serios. Las evidencias más antiguas de castañuelas provienen de la Península Ibérica y no pasan del siglo XV.

 

Investigando las raíces de la controversia.

Hasta casi mediados del siglo XX, los estudiosos de la época atribuían el origen de las castañuelas a civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana. Algunos, más audaces, llegaron a sugerir que su nacimiento se remontaba a cuevas prehistóricas o se "perdía en la oscuridad de los tiempos", una expresión tan vaga como recurrente para evadir precisiones sobre el origen de este instrumento, y de muchos otros.

Mediante un análisis retrospectivo y prospectivo de las referencias bibliográficas, llegamos a 1940, momento en el que comienzan a emerger indicios que sugieren el posible origen del problema.

Curt Sachs, en su obra "The History of Musical Instruments" (1940), parece ser el primer estudioso en sugerir un posible origen fenicio de las castañuelas y lo ventila con apenas tres líneas:

The chestnut castanet may have been Phoenician, since it was, and still is, used by dancers of Andalusia, the Balearic Islands and southern Italy, all of which were formerly Phoenician colonies”

Sin embargo, su argumento se basa en una correlación geográfica y cultural débil, más que en evidencia arqueológica o histórica sólida.[1]  Sachs señala que las “the chestnut castanet”, en su forma similar a la moderna, podrían ser fenicias porque se usaban en regiones que fueron antiguas colonias fenicias, como Andalucía, las Islas Baleares y el sur de Italia. Este razonamiento es problemático y débil.

Primero, falta de evidencia arqueológica. Sachs no presenta evidencia arqueológica directa que vincule a los fenicios con las castañuelas. No hay hallazgos de castañuelas en contextos fenicios, ni en sus colonias ni en su territorio original (el actual Líbano y partes de Siria).

Correlación no implica causalidad. Basa su argumento en que las castañuelas se usan en regiones que fueron colonias fenicias, como Andalucía y el sur de Italia. Sin embargo, esto no prueba que los fenicios las introdujeran. La presencia de un instrumento en una región no necesariamente implica que fue traído por una civilización anterior que la habitó.

Confusión con otros instrumentos. Sachs menciona que las “castañuelas” egipcias y griegas eran diferentes a las modernas, y que la forma similar a la castaña (de donde dice, viene el nombre "castañuela") podría ser fenicia. Sin embargo, no hay evidencia de que los fenicios usaran este tipo de instrumento. Es posible que Sachs esté mezclando las castañuelas con otros instrumentos de percusión utilizados en el Mediterráneo antiguo.

No cita fuentes primarias ni hallazgos arqueológicos específicos que respalden su teoría. Su argumento parece basarse en una interpretación especulativa de la distribución geográfica del instrumento, más que en un análisis riguroso de evidencia histórica.

El argumento de Curt Sachs sobre el origen fenicio de las castañuelas es débil y se basa en una correlación geográfica y cultural insuficiente. No hay evidencia arqueológica o histórica que respalde esta teoría.

 

Las “Castanets” para Curt Sachs.

Una vez metidos en materia, debemos advertir que para Curt Sachs el término “castanets” es mucho más amplio que el de castañuelas españolas. [2]



[1] Aunque es en esta obra donde Curt Sachs menciona de manera explícita el origen fenicio de las castañuelas, en una publicación anterior, "World History of the Dance" (1937), ya insinuaba una conexión entre el desarrollo del fandango en España y una herencia cultural de dos mil años, la cual atribuía a los fenicios. Sachs reconoce que el fandango, a pesar de tener raíces en las tradiciones indígenas americanas, habría sido moldeado por una influencia cultural antigua en suelo español, vinculada a la presencia fenicia. Sin embargo, esta afirmación, como seguimos reiterando a través de todo este texto, carece de un sustento empírico sólido, ya que no presenta evidencia arqueológica, histórica o musicológica que respalde de manera concluyente dicha influencia fenicia en la evolución del fandango o las castañuelas.

[2] Sobre este tema ya habíamos advertido anteriormente: “La mayoría de las versiones en castellano actuales de los clásicos –salvo en ediciones académicas muy cuidadas– suelen realizarse, no a partir de los originales, sino de las traducciones inglesas de esos mismos clásicos. Pero también estos traductores se encuentra con un instrumento musical apenas conocido y que no tiene traducción por lo que se ve obligado a tomar dos caminos: o dejar el vocablo romano que no significaría mucho a la mayoría de los lectores, ampliando su significado con una llamada o nota; o actualizar el término a algún otro instrumento actual. Los ingleses tienen un término muy recurrente para una amplia familia de idiófonos: Castanet, y que puede, dentro de un contexto general, adaptarse a las exigencias de la traducción. El problema surge cuando nuestros traductores se encuentran con el término y nuestro escabellum–castanet se convierte en castañuela. En castellano el vocablo sugiere un tipo de instrumento muy particular que poco tiene que ver con el original”.  Daniel S. Polo. -El Scabelum. Revista Domine cultural. Argentina. 2003

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En su obra "The History of Musical Instruments" (1940), Curt Sachs menciona varios tipos de castanets o instrumentos similares en diferentes culturas, más allá de las castañuelas españolas. Observa que estos instrumentos de percusión, que consisten en dos piezas que se golpean entre sí para producir sonido, han existido en diversas formas y contextos a lo largo de la historia.

Las castañuelas egipcias “Egyptian castanets”. Sachs describe dos formas de castañuelas en el antiguo Egipto: Primera forma: Tenía la forma de una pequeña bota de madera, cortada por la mitad a lo largo y con una ranura en la parte de la "pierna". La parte del "pie" servía como mango. Segunda forma: Era más similar a las castañuelas españolas modernas (“modern Spanish castañuelas”), aunque menos plana y con una forma que recordaba a una castaña (de ahí, según él, el nombre "castañuela").

Sin embargo, Sachs señala que estas castañuelas no eran propiamente egipcias, ya que no aparecen en obras de arte egipcias y los ejemplares conservados provienen de tumbas cristianas, lo que sugiere que su uso podría ser posterior.

Las “castañuelas” griegas. Sachs menciona que las mejores castañuelas de la antigüedad eran las griegas. Estas aparecen representadas en vasos helénicos, especialmente en manos de bailarines dionisíacos (asociados al culto a Dionisio, dios del vino y la fertilidad).

Las “castañuelas” griegas eran utilizadas en contextos rituales y festivos, y su diseño probablemente influyó en otros instrumentos similares en el Mediterráneo.

Címbalos-castañuelas: Sachs menciona un instrumento híbrido que combina características de címbalos y castañuelas. Estos instrumentos, que se encuentran en algunas culturas antiguas, consisten en pequeños címbalos unidos a un mango, que se golpean entre sí de manera similar a las castañuelas. En el caso de Egipto, Sachs describe címbalos pequeños (de 2 a 3 pulgadas de diámetro) que podrían haber sido tocados como castañuelas, sostenidos entre el pulgar y el dedo medio.

Címbalos sobre badajos (clappers): Sachs también menciona un instrumento peculiar que combina címbalos con un badajo de bambú. Este instrumento, que se encuentra en culturas como la birmana, consiste en un trozo de bambú cortado por la mitad, con címbalos pequeños fijados en el interior. Al agitar el mango, las dos mitades del bambú chocan entre sí, 

produciendo un sonido similar al de las castañuelas. Señala que instrumentos similares existían en el Egipto copto tardío, lo que sugiere una posible influencia o intercambio cultural entre regiones.

Concluyendo. Curt Sachs observa varios tipos de “castañuelas” o instrumentos similares en diferentes culturas, incluyendo las egipcias, griegas y una hipotética forma fenicia. Sin embargo, su descripción de estos instrumentos se basa en gran medida en interpretaciones de representaciones artísticas y hallazgos arqueológicos, y en algunos casos (como el origen fenicio) carece de evidencia sólida. Las castañuelas españolas modernas, con su forma característica, solo se puede seguir desde el siglo XV. Anteriormente otros instrumentos similares se usaron en diversas culturas mediterráneas con el mismo o parecido fin, pero no se puede inferir una correlación continuada entre todos ellos.









EL MUNDO DE LAS CASTAÑUELAS

Las entradas de este Blog provienen de una antigua página publicada en internet en los años 90. En principio se pretende publicar los conte...