Las "Tablillas Medievales" vs las tejoletas cervantinas:
La música medieval europea, y en particular las Cantigas de Santa María de Alfonso X "El Sabio", ofrece un valioso testimonio de los instrumentos y prácticas musicales de la época. La Cantiga 330 destaca por la presencia de unas las tablillas medievales, a menudo confundidas con las tejoletas. Buscaremos esclarecer las diferencias entre ambos idiófonos de entrechoque, así como explorar su contexto social y su representación en la iconografía medieval.
Características de las Tablillas
Medievales
Las tablillas medievales eran instrumentos idiófonos de entrechoque fabricados en madera.
Se utilizaban en una variedad de contextos musicales, desde entornos cortesanos hasta representaciones religiosas. Su ejecución permitía una rica sonoridad y variaciones en el ritmo:
Se fabricaban en madera, un material duradero y flexible. Pequeñas y portátiles, se tañían sujetando una pieza en la palma de la mano y la otra agarrándola con el pulgar, lo que facilitaba la ejecución rítmica. Se golpeaba una tablilla contra otra, generando un sonido seco y percutivo.
Las “tablillas medievales” se encuentran representadas en varios ejemplos iconográficos de la época, que las sitúan en un contexto social y cultural privilegiado: Del siglo XII destacamos el Monestir de Santa María de L´Estany, Barcelona. En una escena juglaresca y el Monasterio de Sant Cugat.
Entre 1240-1260 un medallón de Limoges, Francia con un joven músico tocando un aerófono para una bailarina con tablillas.
Del siglo XIII también las tablillas representadas en la techumbre Mudéjar de Santa María de Mediavilla, Catedral de Teruel. Aragón.
Entre este siglo y el siguiente “La danza de Miriam”, miniatura de Miriam y las mujeres bailando en honor al recibimiento de su rey David.
Estas representaciones sugieren que las “tablillas” eran instrumentos valorados en círculos nobles y religiosos, lo que contrasta con su confusión con las tejoletas.
Las tejoletas, aunque comparten la clasificación como idiófonos de entrechoque, presentan diferencias notables:
En el material de fabricación de teja o pizarra, lo que les daba un sonido más agudo.
En su tamaño y forma. Generalmente más pequeñas y manipuladas entre los dedos, lo que exigía una técnica diferente. Se golpeaban entre sí, creando un patrón rítmico más directo.
Analizando su contexto social, las “tablillas” estaban asociadas a la música cortesana, mientras que las tejoletas eran utilizadas principalmente por las clases bajas. Su simplicidad en la fabricación y el hecho de que podían hacerse "para el momento" las convertían en un objeto de uso popular que incluso no llegaba a la altura de considerarse un instrumento musical.
Las “tablillas medievales” comienzan a desaparecer de la iconografía a partir del siglo XV, sin que se conozcan las razones exactas para esta tendencia. A diferencia de las tejoletas, que perduran en el uso popular y son mencionadas por Cervantes en “Rinconete y Cortadillo” (1605), que las hace famosas. Las “tablillas” caen en el olvido.Las “tablillas medievales” y las tejoletas representan dos caras de la misma moneda en la música de la Edad Media. Mientras que las tablillas eran instrumentos nobles, presentes en la iconografía religiosa y cortesana, las tejoletas tenían un papel más popular. La distinción entre ambos no solo clarifica su uso en el repertorio medieval, sino que también enriquece nuestra comprensión de la diversidad organológica y social de la época.